El Gobierno propone eliminar la UF en Chile. Te explicamos qué significa este cambio, sus razones y posibles impactos en tu bolsillo
La propuesta del Gobierno para eliminar la Unidad de Fomento (UF) marca un giro profundo en la historia económica de Chile. Nacida en 1967 como un instrumento para protegerse de la inflación, la UF se transformó en una unidad clave para créditos hipotecarios, arriendos, pensiones, salud y educación. Hoy, con una inflación más controlada y una creciente demanda por mayor transparencia en los precios, el Ejecutivo considera que su tiempo terminó.
La medida, aún en fase de evaluación legislativa, ha sido presentada como una forma de «democratizar el acceso a la información de precios» y evitar distorsiones que afectan principalmente a las familias de ingresos medios y bajos.
Es importante resaltar que, en cada noticia, sobre los impactos necesarios para poder gestionar
¿Qué cambiaría si se elimina la UF?
Eliminar la UF no es simplemente borrar una sigla de los contratos: es reformular la forma en que Chile mide el valor de sus bienes y servicios a largo plazo. Hoy en día, millones de chilenos pagan créditos, arriendos o colegiaturas en UF sin saber realmente cuánto desembolsarán mes a mes.
Pasar de UF a pesos podría traer más claridad al bolsillo, pero también nuevos desafíos:
- ¿Cómo se ajustarán los contratos vigentes?
- ¿Qué pasará con los créditos hipotecarios?
- ¿Cómo se medirá la inflación en contratos a futuro?
Expertos advierten que eliminar la UF sin una transición gradual podría generar incertidumbre en el mercado financiero. En este sentido el Ministro de Hacienda Mario Marcel, fue el punto de contraste de esta iniciativa, denominándola que: «sería un terremoto”. Otros, en cambio, ven en esta propuesta una oportunidad para modernizar el sistema y romper con un mecanismo que perpetúa la desigualdad.
La eliminación de la U.F toca fibras sensibles. Para muchos, es una medida esperada hace años; para otros, un riesgo innecesario. Lo cierto es que el debate está abierto y, de concretarse, sería uno de los cambios más profundos en la economía chilena en décadas.
Por ahora, lo fundamental será garantizar una transición clara, informada y justa para los millones de chilenos que, sin saberlo, viven atados a tres simples letras: U.F.


