El sicario de Meiggs sigue prófugo tras una liberación por error; otro caso paralela revela negligencias judiciales similares en plena crisis de coordinación institucional.
La fuga Alberto Carlos Mejía Hernández, presunto asesino implicado en el asesinato del conocido “Rey de Meiggs”, ocurrida tras un error en el traspaso electrónico de órdenes judiciales, ha generado una alarma institucional en Chile. No sería un hecho aislado, ya que un reportaje de Radio Bio Bio, reveló que dos miembros de la banda Los Trinitarios también fueron liberados por una equivocación casi idéntica. Ambos episodios ponen en evidencia una grave falla sistémica en la emisión y ejecución de órdenes judiciales.
El Sicario del rey
Un sicario venezolano, acusado de asesinar al comerciante José Felipe Reyes Ossa —conocido como el “Rey del barrio Meiggs”— fue liberado el 10 de julio por un error judicial y permanece prófugo. El imputado, cuyo nombre real es Alberto Carlos Mejía Hernández pero que usaba la identidad falsa de Osmar Ferrer, recibió prisión preventiva por homicidio calificado. Sin embargo, una cadena de resoluciones contradictorias y una falla en la comunicación entre el Poder Judicial y Gendarmería permitió su excarcelación desde la cárcel Santiago I.

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Tras confirmarse su verdadera identidad, Alberto Carlos Mejía Hernández, la Fiscalía Nacional y la Policía de Investigaciones (PDI) activaron una alerta roja de Interpol. Esto para que las policías extranjeras puedan detenerlo si cruza la frontera, especialmente en Perú. Este último, país al que se presume pudo haber huido tras pagar un viaje desde Santiago a Iquique.
En el barrio Meiggs, comerciantes expresaron temor por represalias y desconfianza hacia las instituciones. En redes sociales, el caso es símbolo de una justicia frágil. A nivel político, la oposición exigió renuncias e incluso invocó la posibilidad de convocar al COSENA. El presidente Gabriel Boric llamó a defender las instituciones frente al crimen organizado y respaldó medidas para modernizar los sistemas de control. La Fiscalía, el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia conformaron una mesa técnica para revisar y corregir los “puntos ciegos” del proceso.
Otro caso, otra negligencia
El 15 de julio se reveló que dos miembros de la banda internacional Los Trinitarios también fueron liberados por un error similar. En ese caso, el tribunal anuló la prisión preventiva inicial para corregir una identificación, pero la orden de excarcelación enviada a Gendarmería no fue revertida a tiempo. Así, dos imputados por delitos graves volvieron a la calle. Ambos casos ocurrieron en Santiago y con pocos días de diferencia, lo que sugiere un patrón de fallas estructurales en el sistema de causas judiciales.
El ministerio público no descarta delitos como evasión de detenido, negligencia grave y falsificación de instrumento público, mientras la Corte Suprema instruyó sumarios administrativos. La jueza Irene Rodríguez, cuya firma aparece en una de las órdenes de libertad, asegura que solo dictó prisión preventiva. Las investigaciones, por ahora, apuntan a errores concatenados más que a un hackeo externo, pero no se descartan otras hipótesis.
Hoy, el sicario Mejía Hernández continúa prófugo y con orden de detención internacional. Las autoridades creen que podría haber cruzado a Perú tras pagar $2,5 millones a un chofer por un viaje desde Santiago hasta Iquique. Mientras tanto, la ciudadanía exige respuestas: ¿Cuántos errores más se pueden permitir antes de perder por completo la confianza en el sistema? Al cierre de esta nota en Hay que decirlo, no ha recibido más antecedente sobre el paradero del sicario.


