
Todo ocurrió por una insólita y bochornosa razón en un concierto en Boston, mientras sonaba la famosa canción de «Viva la vida».
Una escena romántica que terminó en escándalo y se volvió viral en redes
El miércoles 16 de julio, durante un concierto de la banda Coldplay en medio de su gira «Music Of the Spheres» en la ciudad de Boston, la tradicional «Kisscam» captó un momento que rápidamente se volvió viral en el Gillette Stadium. Andy Byron, CEO de la empresa tecnológica Astronomer, y Kristin Cabot, directora de recursos humanos de la misma empresa, fueron enfocados por la cámara del estadio mientras sonaba la canción de «Viva la vida». Lo que parecía una escena romántica común, termino en escándalo cuando el vocalista de la banda Chris Martin bromeo diciendo «O están teniendo una aventura o son muy tímidos», luego de que ambos se negaran a besarse frente a miles de asistentes en el show.
Pocos días después, el escándalo se confirmó. Usuarios en las redes sociales comenzaron a especular sobre la relación entre Byron y Cabot, ya que ambos están casados con otras personas. La polémica escaló al punto de provocar la renuncia de Andy Byron a su cargo como CEO. la empresa Astronomer lo confirmó en una publicación por medio de Linkedin el día sábado 19 de julio, aunque no hizo referencia directa al incidente sucedido en el concierto. El video fue grabado por asistentes del concierto, desatando la viralidad tras las declaraciones de el vocalista y el mismo hecho sucedido en distintos medios digitales como lo son Instagram, Tik Tok, X (Twitter), Facebook, entre otros.
«Como se mencionó anteriormente, Astronomer está comprometido con los valores y la cultura que nos han guiado desde nuestra fundación. Se espera que nuestros líderes marquen la pauta tanto en conducta como en responsabilidad, y recientemente, esa pauta no se cumplió.» decía la publicación de la empresa en Linkedin.
Hasta ahora, ninguno de los involucrados ha realizado declaraciones públicas sobre acontecimiento, pero la situación ha generado debates sobre los limites de la privacidad en eventos masivos y el poder de las redes sociales para viralizar situaciones personales en cuestión de horas.
Por Felipe Navarro


